En promedio, las sesiones duran entre 45 y 60 minutos, con una frecuencia semanal en la mayoría de los casos. A veces, el terapeuta puede recomendar dos sesiones por semana al inicio y, es frecuente que a medida que vas mejorando, se vayan espaciando cada 2 a 3 semanas hasta recibir el alta.
La duración depende mucho de cada paciente y de la problemática por la que consulta. Pero con terapias basadas en evidencia, el promedio aproximado es de 4 a 6 meses.
Como se ha mencionado, la duración de la terapia dependerá en gran media también del paciente. En cada sesión se le dan una serie de consignas a cumplir: autorregistros, tareas conductuales o de lectura que habrá que realizar hasta la siguiente cita; por tanto, en función del interés y esfuerzo que el paciente ponga, la terapia será más efectiva en menos tiempo.
¡Totalmente! La confidencialidad es uno de los principios de todo buen profesional.
Tener la seguridad de que cualquier tema que se trate en terapia va a quedar ahí es un requisito imprescindible. Además, en Sensorium, más allá del aspecto legal que nos rige, lo vemos como un pilar moral por nuestras propias convicciones personales, velando siempre por la integridad de quienes consultan con nosotros.
En ocasiones suele pasar que muchas personas sienten miedo de pedir ayuda o hasta sienten vergüenza por no poder resolver sus problemas solos. Además del sufrimiento que esto produce, la demora en pedir ayuda hace que los problemas psicológicos se hagan más graves.
Así que si estás sintiendo emociones que te está costando manejar o piensas que no puedes con todo lo que te está pasando, ¡no dudes en buscar ayuda!